UNIVERSITARIOS EN LA ECONOMÍA MANIZALEÑA
Octavio Hernández Jiménez
In illo témpore, cuando llegué a Bogotá a estudiar en la universidad, me alojé donde una señora que había arrendado una casa de Chapinero que, en su apogeo, a mediados del siglo XX, pudo haber sido una mansión. Los propietarios, tal vez, habían emigrado al Chicó y alquilaron la vieja residencia a una señora que subarrendó, pieza por pieza, a estudiantes universitarios llegados del resto del país. En el comedor había un piano destartalado al que los universitarios, sin educación musical, tratábamos sin piedad, y cada cuarto contaba con lámparas desvencijadas, de las épocas de gloria.
Viene a la memoria este pasaje de mi vida, cuando no pocas señoras, como la anterior, en Manizales, pasan las de San Patricio, desde cuando los universitarios, debido a la pandemia del coronavirus, retornaron a sus lugares de origen. Ellas habían subarrendado unas piezas de esas casas que alquilaron, y cuyos propietarios, como los bogotanos de la anécdota anterior, habían emigrado tratando de apartarse de los pobres que los perseguían.
Quienes subarrendaron han vivido de los arriendos, pero esas casas, ahora, están sin inquilinos. Una de esas personas que contó sostenerse de los alquileres, con su familia, en tiempos del coronavirus se quedó sin ingresos para cancelar 2 millones 400 mil pesos de arriendo de una vivienda ubicada a media cuadra de la Avenida Santander, por los lados de Palogrande. La razón de su angustia la sintetizó en esta apreciación: “Esto es estrato seis y no se ve un trapito rojo en las ventanas. No nos hemos acostado sin comer porque hemos recibido ayudas en dinero y mercados regalados, pero aún debo tres meses de arriendo”. (Laura Sánchez, 7 junio de 2020, p.8).
Otra señora que subarrendó a universitarios que marcharon a sus patrias chicas contaba que el dueño de la casa le redujo el valor del arriendo al 50%. “Me iba a poner a llorar con este gesto. Recogí de a poquitos para pagar abril. La cabeza me da vueltas, ya lloré, patalié, no sé qué más hacer. Estoy tratando de vender almuerzos… Acumulo agua lluvia para los oficios de la casa…”. Y lo peor de todo: “No somos de los estratos 1 ni 2; no somos desplazados, ni somos extranjeros, ni indígenas. No tenemos créditos del Icetex ni se nos han congelado las deudas. Debo pagar 1 millón 500 mil pesos de servicios” (Ibid.).
El problema anterior es tan grande como la catedral, por lo que debemos tomar conciencia de lo que representan los estudiantes universitarios en la economía de la capital caldense. El informe de educación superior de 2019, de Manizales Cómo Vamos, revela que “el gasto total de los estudiantes fue de $516 mil millones que equivale al 7,8% del valor agregado municipal. El 44% corresponde a estudiantes originarios de Manizales mientras que el 56%, fue efectuado por estudiantes originarios de otros municipios… De un estimado de 100 pesos que gastan estudiantes presenciales universitarios, 60 pesos los ponen estudiantes foráneos y 40 pesos los ponen estudiantes originarios de la ciudad” (Ibid.). La pandemia del coronavirus, en gran parte, tiene en aprietos las finanzas de Manizales.
OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
(San José de Caldas, 1944), bachiller del Colegio Santo Tomás de Aquino de Apía (1962) y luego profesor del mismo centro educativo. Profesor de la Universidad de Cundinamarca (1974-1975). Profesor Titular y Profesor Distinguido de la Universidad de Caldas, en Manizales (1976-2001). Primer decano de la Facultad de Artes y Humanidades (1996-1999) y Vicerrector Académico (E.) de la misma Universidad (1996). Premio a la Investigación Científica, Universidad de Caldas, (1997). Primer Puesto en Investigación Universitaria, Concurso Departamento de Caldas-Instituto Caldense de Cultura (2000). Primer Puesto Categoría de Ensayo Nuevos Juegos Florales, Manizales, (1993 y 1995). Miembro Fundador de la Academia Caldense de Historia, Socio Fundador del Museo de Arte de Caldas, Miembro de la Junta Directiva de la Orquesta de Cámara de Caldas. Orden del Duende Ecológico (2008).
* OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ ha publicado las siguientes obras: Geografía dialectal (1984), Funerales de Don Quijote (1987 y 2002), Camino Real de Occidente ( (1988), La Explotación del Volcán (1991), Cartas a Celina (1995), De Supersticiones y otras yerbas (1996), El Paladar de los caldenses (2000 y 2006), Nueve Noches en un amanecer (2001), Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003), El Español en la alborada del siglo XXI (2002), Los caminos de la sangre (2011), Apía, tierra de la tarde (2011). Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006).
* “El humanista Octavio Hernández Jiménez contribuye a la afirmación de la cultura popular en Caldas. Él, con ese orgullo caldense que siempre expresa en sus escritos, se ha empeñado en divulgar el folclor regional, pensando siempre en afirmar la identidad y autenticidad de la cultura caldense en el marco y relaciones con la cultura popular colombiana. El humanista caldense tiene una fuerza cultural muy significativa en el conocimiento y cultivo del folclor y en los aspectos diversos de la cultura popular que reflejan la esencia del alma colombiana. Octavio Hernández en su obra transmite la idea de que es necesario fortalecer en los caldenses la conciencia regional y nacional como pueblo de grandes valores y atributos” (Javier Ocampo López, miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Academia Colombia de Historia, en el texto “Octavio Hernández Jiménez, el humanista de la caldensidad”, 2001).
Título: Orden del Duende Ecológico.
“República de Colombia/ Alcaldía Municipal San José Caldas/ Nit. 810001998-8/ II Fiestas de Mitos y Leyendas. Resolución Nro 093-08 Octubre 09 de 2008. Por medio de la cual se otorga la Orden del Duende Ecológico. El Alcalde Municipal de San José Caldas, en ejercicio de sus facultades Constitucionales y, CONSIDERANDO: Que mediante el Acuerdo Municipal número 216 de 2008, se creó la Orden Del Duende Ecológico, máxima condecoración que el Alcalde Municipal concede a sus ciudadanos más destacados. Que es deber de esta Administración exaltar las cualidades y virtudes de una Persona Ilustre del Municipio que con su actuar ha dejado en alto el nombre del Municipio. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez es reconocido como un señor íntegro en medio de sus labores misionales, amante de la tradición y cultura propias de nuestra región, las cuales da a conocer como embajador de nuestro municipio a nivel regional y nacional. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado como un insigne señor, cívico por excelencia, colaborador incansable; se ha hecho presente en el desarrollo de importantes programas que han impulsado el progreso de nuestro Municipio, difundiendo ejemplo para presentes y futuras generaciones. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado en el estudio de la influencia de los mitos y leyendas y su divulgación dentro del Municipio de San José Caldas. Que según estudios realizados por el Doctor Octavio Hernández Jiménez, dentro de la historia del municipio se creó la figura del Duende Ecológico para preservar las aguas, nombre que hoy recibe la presente Orden. En mérito de lo expuesto, RESUELVE: Artículo Primero: Otorgar la Orden Duende Ecológico al Doctor Octavio Hernández Jiménez. Artículo Segundo: Exaltar las cualidades de tan ilustre personaje, quien con su excelente desempeño ha dejado un gran legado en el arte de escribir y en la conservación del patrimonio cultural. Artículo Tercero: Hacerle entrega de una placa al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en acto público a realizarse el día 09 de octubre de 2008. Artículo Cuarto: Copa de la presente resolución será entregada en nota de estilo al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en dicho acto. Comuníquese y cúmplase. Expedida en San José Caldas, a los nueve (09) días del mes de octubre del año dos mil ocho (2008). Daniel Ancízar Henao Castaño, Alcalde Municipal”.
octaviohernandezj@espaciosvecinos.com
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