TEMPLOS ENTREABIERTOS
Octavio Hernández Jiménez
Desde comienzos de junio de 2020, el Gobierno Nacional dudaba entre abrir o continuar con las iglesias cerradas, por un tiempo más. Había permitido que reabrieran industrias, comercios, transporte urbano, centros comerciales, salidas fuera del hogar a ancianos y niños, varios días, por dos horas, pero se mostraba indeciso para decretar la reapertura de los templos. En la radio hablaban de presiones políticas para reabrirlos, por parte de un viceministro del Interior, líder de una iglesia muy influyente en las altas esferas del gobierno.
Se designaron varias parroquias, en pueblos que no tuvieran contagio de coronavirus para el plan piloto pero, por lo menos en Salamina, hace 15 días, los dejaron mirando pal’páramo.
El 7 de junio, corrió el rumor de que abrirían ciertas iglesias y otras las cerrarían. En La Merced, abrieron el templo el domingo 5, después de hacer los trámites oficiales en la alcaldía. Se aprobó el ingreso de 75 personas por misa, con tapabocas obligatorio durante la ceremonia. No se admitían menores de edad ni mayores de 70 años. Tendrían en cuenta el pico y cédula.
En Pácora, las cosas se complicaron y eso que el alcalde tenía un tío que era obispo. Los enviados de las autoridades civiles informaron que el templo carecía de elementos de bioseguridad para combatir el covid-19. Los curas anunciaron que entonces oficiarían las ceremonias litúrgicas en el parque y las transmitirían por el canal local de televisión. Corrió el rumor sobre relaciones tirantes entre parroquia y alcaldía. El alcalde se dio el lujo de advertir al cura que “si alguna medida se contraviene con los decretos de orden público nacionales tendrán prevalencia las medidas adoptadas por el Presidente de la República”. Lenguaje diplomático que incluía veladas amenazas (La Patria, 7 de julio de 2020, p.15).
Extrañaba que el protocolo fuera distinto en unas parroquias distantes 20 ó 30 minutos de otra. En Aranzazu, el Gobierno ordenó tomar la temperatura en la puerta, desinfección de manos y calzado, así como una planilla con datos personales. Las bancas organizadas de tal forma que garantizaran el distanciamiento social. El atrio, por ahora, no era lugar ideal para el cuchicheo. Rapidito para la casa.
En la basílica de Manzanares, había que inscribirse con anticipación para lograr cupo en las liturgias. Un feligrés dijo: “La misa en la propia parroquia no es lo mismo que por televisión”. Cuentan que “hasta lágrimas derramaron algunos al entrar de nuevo al templo”.
En Villamaría abrieron, desde el sábado al mediodía, los templos de las parroquias Nuestra Señora del Rosario, en el centro; Santa Catalina, del barrio Turín y San Judas Tadeo, de la Pradera. En la entrada, llevaban un registro con datos personales, tomaban la temperatura, desinfectaban el calzado, limpiaban las manos con gel y conducían a los creyentes a las bancas. En estas, permitían sentarse distanciadas a solo dos personas. No permitieron el ingreso de personas de más de 70 años de edad y de quienes tuvieran síntomas de gripa. Aconsejaban a los ancianos orar desde las casas. Al concluir las ceremonias religiosas, desinfectaban las bancas. Amén.
En San José Caldas se creía que este año 2020, después de 93 años, sería el primero en el que no se realizarían las fiestas patronales de la Virgen del Carmen que arrancaron, por allá, en 1927. Sin embargo, por whatsapp el párroco distribuyó las veredas, en la distribución habitual; ellas se encargarían, como siempre, de la celebración de su día. No habría procesiones con banderas, pabellones, carrozas, invocaciones, música de bandas y pólvora. Por la tarde subiría la delegación de las veredas del día. El programa difundido en whatsapp, por la parroquia, era el siguiente: A las cinco y media de la tarde, rosario en el templo. A las seis de la tarde, novena de la patrona. A las seis y media de la tarde, Eucaristía. Los protocolos eran los mismos para todos los templos: máximo 50 asistentes, desinfección en la entrada, tapabocas toda la ceremonia, distanciamiento en las bancas, nadie de pie, paz sin abrazos ni besos, comunión en la mano, no en la boca. De esta forma, los integrantes del grupo organizador de estos festejos tan parcos evitaban que los paisanos tuvieran que contar que, en cien años, (1927-2027), solo la peste del coronavirus había logrado suspender temporalmente unas fiestas que ya eran patrimonio inmaterial de sus habitantes.
Sin embargo, el día de los motoristas, como en muchas localidades de Colombia y América Latina, en San José de Caldas, ellos decidieron lucirse con la Virgen del Carmen. Nada de confinamiento cuando esperan este día para encachacarse y salir pitando de seguido, durante la procesión, con bastante y ruidosa música: “Programa del 16 de julio de 2020. 5,30 de la mañana, alborada con los carros. 6 a.m. Santo Rosario (atrio). 4 p.m. Desfile con la Virgen. Salida desde Bomberos. 5 p.m. Bendición de los carros. 6 p.m. Salve y novena de Nuestra Señora del Carmen. 6,30 p.m. Eucaristía. Máximo 3 personas por vehículo. Usar tapabocas. Acatemos con responsabilidad las normas de bioseguridad. Ofrenda voluntaria para pagar el arancel”. No se quita lo ganado: en forma consuetudinaria, el 16 de julio es el día de la confraternidad entre los conductores de todo el Bajo Occidente de Caldas. Eso explicaría que, al salir del templo de rezar la novena, hayan embellecido la noche veraniega con muchísima pólvora. En vez de hacerlo en forma presencial, la gente la vio más por internet y videos. Estaban muy tranquilos en sus casas después de haber asistido a la liturgia, por Facebook y otras plataformas.
Algo parecido ocurrió en los demás pueblos de Caldas y de todo Latinoamérica en donde está muy arraigada la devoción a la Virgen del Carmelo, desde la época colonial. En Manzanares hubo eucaristía después de la caravana por las calles principales. Igual, en La Merced. En Riosucio, frente al templo de San Esteban bendijeron los vehículos y, luego, distribuyeron y bendijeron los escapularios. En Anserma, la caravana salió de la troncal de Occidente, a tres kilómetros del templo del Carmen en donde concluyó con la bendición de los vehículos. En Pensilvania, 120 motos y 70 carros participaron en la caravana en homenaje a la Virgen del Carmen. El recorrido fue desde el Alto de Marianita hasta la plazuela. Rubén Darío López comentaba que se guardó el cuidado contra el coronavirus, con la ayuda de la Policía Nacional, el Cuerpo de Bomberos, la Defensa Civil y la Alcaldía. En Salamina también hubo bendición de los vehículos. En Aguadas, la bendición de carros y motos fue en la plaza principal y, como al templo no podían ingresar sino 50 personas, los sacerdotes optaron por ofrecer la misa desde el atrio de la iglesia. En Pácora, el desfile de carros y motos fue desde la vereda La Margarita hasta la salida para Aguadas. Según Óscar Y. Restrepo, la junta organizadora distribuyó mercados entre los conductores de bajos recursos, y los actos terminaron a las 6 de la tarde con el inicio del toque de queda.
Para el 16 de julio, fiesta de la Virgen del Carmen, habían abierto 56 templos en Colombia, de varios cultos. El alcalde de Barranquilla y la gobernadora del Atlántico, recordando que los costeños han sido muy devotos de la Virgen del Carmen, y que el día 16 lo celebraban con desfiles de carros atestados de gente, pólvora y música, decretaron toque de queda y ley seca, en el día y la noche siguiente. Una forma desesperada de contener la propagación del virus.
En Anserma, la Abuela de Caldas, las fiestas de la Virgen del Carmen tuvieron sus variantes. La imagen la pusieron en la puerta del templo para que los conductores que pasaran, por la avenida del Libertador, la saludaran con los pitos de sus vehículos, y el párroco, cada día del novenario, se desplazó a las veredas a rezar el rosario y la novena. A cada sitio, los vecinos acudían con tapabocas y conservaban entre sí el distanciamiento.
La alcaldesa de Bogotá se deshojó en una de esas andanadas que acostumbra cuando le echa mano a un micrófono. Dijo que haber permitido la apertura de 56 iglesias equivalía a otro día sin IVA, cuando en varias ciudades se formaron aglomeraciones a la entrada de almacenes de grandes superficies esperando comprar electrodomésticos con el 19% de rebaja. En Bogotá, más que en otra parte, resulta inadmisible reabrir los templos.
La pandemia del coronavirus ha cambiado la vida del mundo para bien o para mal, en una forma desaforada: la comunicación digital sustituyó, de un momento a otro a la emocionalmente verbal; la economía electrónica entró a competir con los billetes; tapabocas, guantes y gorros ocuparon de nuevo las páginas de los magazines de televisión; cultura presentada en moldes distintos; innovaciones que antes se llamarían improvisaciones; restaurantes que guardaron sus vajillas y la estética de sus platos para despachar a domicilio; nuevos cuidados en la higiene diaria; maneras distintas de relacionarse con los demás, de amarse, de trabajar, de hacer deporte, de divertirse, de orar a Dios y de morir.
OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
(San José de Caldas, 1944), bachiller del Colegio Santo Tomás de Aquino de Apía (1962) y luego profesor del mismo centro educativo. Profesor de la Universidad de Cundinamarca (1974-1975). Profesor Titular y Profesor Distinguido de la Universidad de Caldas, en Manizales (1976-2001). Primer decano de la Facultad de Artes y Humanidades (1996-1999) y Vicerrector Académico (E.) de la misma Universidad (1996). Premio a la Investigación Científica, Universidad de Caldas, (1997). Primer Puesto en Investigación Universitaria, Concurso Departamento de Caldas-Instituto Caldense de Cultura (2000). Primer Puesto Categoría de Ensayo Nuevos Juegos Florales, Manizales, (1993 y 1995). Miembro Fundador de la Academia Caldense de Historia, Socio Fundador del Museo de Arte de Caldas, Miembro de la Junta Directiva de la Orquesta de Cámara de Caldas. Orden del Duende Ecológico (2008).
* OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ ha publicado las siguientes obras: Geografía dialectal (1984), Funerales de Don Quijote (1987 y 2002), Camino Real de Occidente ( (1988), La Explotación del Volcán (1991), Cartas a Celina (1995), De Supersticiones y otras yerbas (1996), El Paladar de los caldenses (2000 y 2006), Nueve Noches en un amanecer (2001), Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003), El Español en la alborada del siglo XXI (2002), Los caminos de la sangre (2011), Apía, tierra de la tarde (2011). Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006).
* “El humanista Octavio Hernández Jiménez contribuye a la afirmación de la cultura popular en Caldas. Él, con ese orgullo caldense que siempre expresa en sus escritos, se ha empeñado en divulgar el folclor regional, pensando siempre en afirmar la identidad y autenticidad de la cultura caldense en el marco y relaciones con la cultura popular colombiana. El humanista caldense tiene una fuerza cultural muy significativa en el conocimiento y cultivo del folclor y en los aspectos diversos de la cultura popular que reflejan la esencia del alma colombiana. Octavio Hernández en su obra transmite la idea de que es necesario fortalecer en los caldenses la conciencia regional y nacional como pueblo de grandes valores y atributos” (Javier Ocampo López, miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Academia Colombia de Historia, en el texto “Octavio Hernández Jiménez, el humanista de la caldensidad”, 2001).
Título: Orden del Duende Ecológico.
“República de Colombia/ Alcaldía Municipal San José Caldas/ Nit. 810001998-8/ II Fiestas de Mitos y Leyendas. Resolución Nro 093-08 Octubre 09 de 2008. Por medio de la cual se otorga la Orden del Duende Ecológico. El Alcalde Municipal de San José Caldas, en ejercicio de sus facultades Constitucionales y, CONSIDERANDO: Que mediante el Acuerdo Municipal número 216 de 2008, se creó la Orden Del Duende Ecológico, máxima condecoración que el Alcalde Municipal concede a sus ciudadanos más destacados. Que es deber de esta Administración exaltar las cualidades y virtudes de una Persona Ilustre del Municipio que con su actuar ha dejado en alto el nombre del Municipio. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez es reconocido como un señor íntegro en medio de sus labores misionales, amante de la tradición y cultura propias de nuestra región, las cuales da a conocer como embajador de nuestro municipio a nivel regional y nacional. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado como un insigne señor, cívico por excelencia, colaborador incansable; se ha hecho presente en el desarrollo de importantes programas que han impulsado el progreso de nuestro Municipio, difundiendo ejemplo para presentes y futuras generaciones. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado en el estudio de la influencia de los mitos y leyendas y su divulgación dentro del Municipio de San José Caldas. Que según estudios realizados por el Doctor Octavio Hernández Jiménez, dentro de la historia del municipio se creó la figura del Duende Ecológico para preservar las aguas, nombre que hoy recibe la presente Orden. En mérito de lo expuesto, RESUELVE: Artículo Primero: Otorgar la Orden Duende Ecológico al Doctor Octavio Hernández Jiménez. Artículo Segundo: Exaltar las cualidades de tan ilustre personaje, quien con su excelente desempeño ha dejado un gran legado en el arte de escribir y en la conservación del patrimonio cultural. Artículo Tercero: Hacerle entrega de una placa al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en acto público a realizarse el día 09 de octubre de 2008. Artículo Cuarto: Copa de la presente resolución será entregada en nota de estilo al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en dicho acto. Comuníquese y cúmplase. Expedida en San José Caldas, a los nueve (09) días del mes de octubre del año dos mil ocho (2008). Daniel Ancízar Henao Castaño, Alcalde Municipal”.
octaviohernandezj@espaciosvecinos.com
Compartir
Sitios de Interés