RUBEN DARÍO VÉLEZ, POR DISTINTOS CAMINOS
Octavio Hernández Jiménez
Rubén Darío Vélez nació en Medellín (1942), trabajó y tomó cursos y talleres, en McCann Erikson, una empresa de publicidad, “creatividad, estrategia, producción gráfica, digital y audiovisual”; con sucursales en más de cien países. Visitó a Manizales al empezar la década de 1960. Se vinculó con la empresa de publicidad Sancho, una de las mejores agencias de publicidad y mercadeo (holding) de Colombia. En esos años, Rubén Darío Vélez ascendió a la dirección de artes en la empresa publicitaria: producía afiches, fotografías con modelos, montajes para editarlos en prensa y atractivos empaques.
Rubén Darío se ganó el puesto en Sancho Publicidad con el catálogo que hizo para los machetes de Incolma. También hizo trabajos publicitarios para Iderna, Bata, Arrow, Licorera de Caldas y la feria de Manizales. Algunas de sus obras, en la época de publicista, se pueden considerar como obras de arte moderno, como las que en ese mismo momento realizaba Ómar Rayo, sin que el uno supiera del otro. Al fin y al cabo, para Vélez, “el publicista es primo hermano del artista”.
Mientras Rubén Darío Vélez trabajaba con el acrílico, guachas, lápices y fotografías, don Arturo Arango Uribe, el propietario de la empresa Sancho, pulía ingeniosos eslóganes para su clientela como el de “Fósforos Póker, nunca pierden la cabeza”, Telas Única “la fábrica que hace un poco menos pero lo hace mejor”, Chocolate Lúker, “la delicia en pasta”; Ron Viejo de Caldas “El sabor a toda prueba”, Cigarrillos Pielroja, “Su fama vuela de boca en boca”. Lotería de Manizales, “un jueves mejorará su suerte”, (antes no jugaba los miércoles sino los jueves).
Comentan que don Arturo Arango Uribe redactó otros mensajes de identidad para el Ron Viejo de Caldas como “Los años son la razón de su prestigio”. Y para Todelar, la empresa radial a la que estuvo vinculado, se le ocurrió este eslogan: “Nos oyen y nos creen”. Sancho llegó a manejar la publicidad de las mayores empresas del país. Aún en 2024, Sancho es la empresa multinacional, en publicidad, más grande de Colombia. Sancho ha tenido éxito porque, desde su principio ha tenido esencia.
Rubén Darío se integró a la generación vital de Óscar Jurado, Carlos Velásquez, Mario Escobar y, compartió del buen quehacer fotográfico de Jorge Hurtado. Varios nombres de aquella generación, como Óscar y Mario, hicieron parte de los nadaistas que, por la década de 1960, daban lora por el occidente del país, incluido Manizales. Luego, reposaron, y algunos de ellos se dedicaron a sacar adelante magníficos textos literarios. Varios nadaístas se integraron a prestigiosas empresas publicitarias.
En la década de 1980, Rubén Darío Vélez alcanzó la altura de los buenos fotógrafos. Recuerdo un viaje al Nevado del Ruiz, antes de la explosión de noviembre de 1985 que dejó 25.000 muertos, cuando había nieve, se practicaba el esquí y existía el Refugio con su silueta europea. Las fotos que, en ese viaje, captaron Rubén Darío y Jorge Hurtado, son maravillosas. No las enmarco para que no se deterioren. En el culto al blanco y negro, en fotografía, que practicaron libremente ellos dos, lograron tonos desconcertantes del negro más negro y del blanco más blanco.
Rubén Darío vivió en Estados Unidos, por muchos años y allá, varias galerías expusieron sus obras. Regresó a Colombia, no ya con un arrume de fotografías y rollos, sino con óleos, pinceles y lienzos para continuar con la pintura, según él, de reminiscencias impresionistas. Llegó después de exponer en España (en Finestat). Allá lo entrevistaron para la televisión, en el programa “El color que nos une”. La fotografía dejó de ser, para él, una de sus fortalezas desde cuando aparecieron los celulares dotados de novedosas cámaras.
Cuando Rubén Darío Vélez optó por dedicarse a la pintura, rompió las reglas impuestas en otras áreas del arte por las que había trajinado, como la fotografía y la publicidad, para dedicarse a exponer ante un público las posibilidades de su capacidad creadora, en una de las artes plásticas que contaba con gran n[umero de seguidores. Se disciplinó a medida que avanzaba en coloridos escenarios. Afianzó las bases a medida que se entrenaba en los lienzos y el papel. Se dio cuenta que para ser artista tenía que romper las normas que otros habían entronizado. No dejó de soñar en la perfección como un constante ideal. Se dio cuenta de que, a media que se avanza en la obra, jugando con los materiales, con el color y algunas goticas de humor, inventaba las reglas, como lo hicieron los artistas que en el mundo han sido. Cada paso que da lo acerca a un lenguaje propio, después de desafiar postulados ajenos que para otros son conquistas intocables.
En la mayoría de sus obras, los artistas ponen a funcionar la balanza entre la seriedad y la broma. Vélez entendía lo que tomaba y lo que desechaba, antes de entrar a mezclar colores; a jugar con ellos, a levantar castillos en el aire o en la selva. Rubén rompe reglas y crea las propias con base en lo que va imaginando. Se afianza en el papel del que se inspira hasta llegar a apropiarse de su ingenio. Puso los cimientos convencido de llegar a ser un profesional tan destacado como cuando se dedicaba a la publicidad. Para él, como para un artista español del momento, la diferencia entre una fotografía y un óleo es un millón de pinceladas.
En sus cuadros, Vélez utiliza lienzo, cartulina, cartón, y pinta con “el óleo eterno”, como lo llama él, el acrílico o la guacha, como se le dice en Colombia. Por temática, sus obras se pueden agrupar en paisajes (ríos, playas, caminos, casas campesinas, coposos árboles de todos los verdes, el blanco nevado, los atardeceres sobre el Pacífico), guaduales y follajes, retratos, obras abstractas y semiabstractas. Firma su visión propia de lo que lo rodea. El arte no es asunto de viejos hábitos sino de imaginaciones nuevas.
OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
(San José de Caldas, 1944), bachiller del Colegio Santo Tomás de Aquino de Apía (1962) y luego profesor del mismo centro educativo. Profesor de la Universidad de Cundinamarca (1974-1975). Profesor Titular y Profesor Distinguido de la Universidad de Caldas, en Manizales (1976-2001). Primer decano de la Facultad de Artes y Humanidades (1996-1999) y Vicerrector Académico (E.) de la misma Universidad (1996). Premio a la Investigación Científica, Universidad de Caldas, (1997). Primer Puesto en Investigación Universitaria, Concurso Departamento de Caldas-Instituto Caldense de Cultura (2000). Primer Puesto Categoría de Ensayo Nuevos Juegos Florales, Manizales, (1993 y 1995). Miembro Fundador de la Academia Caldense de Historia, Socio Fundador del Museo de Arte de Caldas, Miembro de la Junta Directiva de la Orquesta de Cámara de Caldas. Orden del Duende Ecológico (2008).
* OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ ha publicado las siguientes obras: Geografía dialectal (1984), Funerales de Don Quijote (1987 y 2002), Camino Real de Occidente ( (1988), La Explotación del Volcán (1991), Cartas a Celina (1995), De Supersticiones y otras yerbas (1996), El Paladar de los caldenses (2000 y 2006), Nueve Noches en un amanecer (2001), Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003), El Español en la alborada del siglo XXI (2002), Los caminos de la sangre (2011), Apía, tierra de la tarde (2011). Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006).
* “El humanista Octavio Hernández Jiménez contribuye a la afirmación de la cultura popular en Caldas. Él, con ese orgullo caldense que siempre expresa en sus escritos, se ha empeñado en divulgar el folclor regional, pensando siempre en afirmar la identidad y autenticidad de la cultura caldense en el marco y relaciones con la cultura popular colombiana. El humanista caldense tiene una fuerza cultural muy significativa en el conocimiento y cultivo del folclor y en los aspectos diversos de la cultura popular que reflejan la esencia del alma colombiana. Octavio Hernández en su obra transmite la idea de que es necesario fortalecer en los caldenses la conciencia regional y nacional como pueblo de grandes valores y atributos” (Javier Ocampo López, miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Academia Colombia de Historia, en el texto “Octavio Hernández Jiménez, el humanista de la caldensidad”, 2001).
Título: Orden del Duende Ecológico.
“República de Colombia/ Alcaldía Municipal San José Caldas/ Nit. 810001998-8/ II Fiestas de Mitos y Leyendas. Resolución Nro 093-08 Octubre 09 de 2008. Por medio de la cual se otorga la Orden del Duende Ecológico. El Alcalde Municipal de San José Caldas, en ejercicio de sus facultades Constitucionales y, CONSIDERANDO: Que mediante el Acuerdo Municipal número 216 de 2008, se creó la Orden Del Duende Ecológico, máxima condecoración que el Alcalde Municipal concede a sus ciudadanos más destacados. Que es deber de esta Administración exaltar las cualidades y virtudes de una Persona Ilustre del Municipio que con su actuar ha dejado en alto el nombre del Municipio. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez es reconocido como un señor íntegro en medio de sus labores misionales, amante de la tradición y cultura propias de nuestra región, las cuales da a conocer como embajador de nuestro municipio a nivel regional y nacional. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado como un insigne señor, cívico por excelencia, colaborador incansable; se ha hecho presente en el desarrollo de importantes programas que han impulsado el progreso de nuestro Municipio, difundiendo ejemplo para presentes y futuras generaciones. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado en el estudio de la influencia de los mitos y leyendas y su divulgación dentro del Municipio de San José Caldas. Que según estudios realizados por el Doctor Octavio Hernández Jiménez, dentro de la historia del municipio se creó la figura del Duende Ecológico para preservar las aguas, nombre que hoy recibe la presente Orden. En mérito de lo expuesto, RESUELVE: Artículo Primero: Otorgar la Orden Duende Ecológico al Doctor Octavio Hernández Jiménez. Artículo Segundo: Exaltar las cualidades de tan ilustre personaje, quien con su excelente desempeño ha dejado un gran legado en el arte de escribir y en la conservación del patrimonio cultural. Artículo Tercero: Hacerle entrega de una placa al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en acto público a realizarse el día 09 de octubre de 2008. Artículo Cuarto: Copa de la presente resolución será entregada en nota de estilo al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en dicho acto. Comuníquese y cúmplase. Expedida en San José Caldas, a los nueve (09) días del mes de octubre del año dos mil ocho (2008). Daniel Ancízar Henao Castaño, Alcalde Municipal”.
octaviohernandezj@espaciosvecinos.com
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