J.S.BACH EN TIEMPO DE CORONAVIRUS
Octavio Hernández Jiménez
Desde la Edad Media, en semana santa, se acostumbró presentar los relatos de la Pasión de Cristo en forma teatral. Los creyentes se reunían en catedrales, abadías y conventos a escuchar a 3 lectores, en los papeles de un relator, Cristo y alguien que interpretaba a los demás personajes del drama sagrado. Algo así como un auto-sacramental litúrgico.
Luego, a cada una de esas personificaciones le pusieron música gregoriana que fue uno de los mayores logros del medioevo, en el campo artístico. Después del gregoriano llegó la polifonía con acompañamiento de conjuntos musicales que seguían en su intervención a cada cantante. Casi siempre, un bajo acompañaba el papel de Cristo. Después se enriquecieron las obras con la participación de coros que asumían los sentimientos de la feligresía. Los solistas siguieron con los papeles tradicionales de relator, Cristo y los demás personajes, en las llamadas pasiones.
Así se llegó al siglo XVIII cuando Johann Sebastian Bach (1685-1750), se ha dicho, compuso cinco pasiones de las que se conservan dos: la del Evangelio según San Mateo y la Pasión según San Juan. La más aparatosa y difundida es la Pasión según San Mateo.
Bach compuso esta Pasión con tal empeño que hizo de ella una de sus obras maestras, de acuerdo con el aparato diseñado al estructurarla, antes de llevarla a escena, en la iglesia de Santo Tomás, en Leipzig, el 15 de abril de 1729. Utilizó 2 capítulos del Evangelio según San Mateo, (el 26 y el 27), el apoyo para la letra del libretista Picander y una orquesta compuesta por un órgano, flautas dulces, traveseras, oboes, fagots y bajos. Cantan un coro mixto y un coro infantil. La obra consta de 78 episodios con momentos de gran dulzura, unción religiosa, lujo deslumbrante, dolor íntimo, espiritualidad y majestuosa solemnidad.
En este 10 de abril de 2020, viernes santo, la mayor parte del mundo europeo y americano se resguarda en sus viviendas del coronavirus que se ha apoderado de estos países dejando, hasta ese día, cerca de 200.000 muertos. Reina por doquier un silencio inquietante.
De principio a fin, los textos de la Pasión esparcen un aroma poético. El coro arranca con esta invitación: “Venid, hijos,/ haced coro a mi llanto…/ Miradle. Por amor y clemencia / lleva Él mismo el madero de su cruz”. Y concluye con esta oración entonada con una piedad y dulzura jamás igualada: “Llorando nos postramos/ ante vuestra tumba para deciros:/ Reposad, reposad dulcemente./ Reposad, miembros abatidos/ reposad, reposad dulcemente./ Vuestra tumba y su lápida/ serán para las angustiadas conciencias/ suave almohada/ y lugar de reposo para las almas./ Llenos de placidez,/ los ojos aquí se adormecen”.
Desciende la tarde del viernes, en Manizales. Me encuentro de rodillas escuchando, como otros viernes santos, la Pasión según San Mateo pues jamás supe qué mejor posición se debería asumir para seguir, arpegio por arpegio, palabra por palabra, una de las más altas cumbres que ha producido el talento humano.
En esta atmósfera dramática no resulta difícil escuchar a Bach aunque la mente se desvíe hacia la pesadilla del coronavirus, en Colombia, Ecuador, Estados Unidos, sobre todo Nueva York, Alemania, Inglaterra, Francia, Italia, España y otros 185 países. En Nueva York, muchos pacientes sin acompañantes al momento de entrar a los hospitales y que murieron en sus salones, fueron arrojados en fosas comunes abiertas en lotes vacíos. El 30% de los muertos en la capital del mundo por covid-19 eran latinoamericanos.
Pasan los días y, en Colombia, aún no alcanzamos el macabro pico de la pandemia. Entonces, escucho y repito esta oración entonada por la coral, casi al final de la Pasión según San Mateo:
“Cuando yo haya de partir,/ no te apartes de mí./
Cuando yo tenga que sufrir la muerte,/ ¡Ven a mi lado!
Cuando mi corazón se halle/ invadido por los mayores temores,/
¡Arrebátame de mi congoja/ mediante tu angustia y tu pena!”.
OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
(San José de Caldas, 1944), bachiller del Colegio Santo Tomás de Aquino de Apía (1962) y luego profesor del mismo centro educativo. Profesor de la Universidad de Cundinamarca (1974-1975). Profesor Titular y Profesor Distinguido de la Universidad de Caldas, en Manizales (1976-2001). Primer decano de la Facultad de Artes y Humanidades (1996-1999) y Vicerrector Académico (E.) de la misma Universidad (1996). Premio a la Investigación Científica, Universidad de Caldas, (1997). Primer Puesto en Investigación Universitaria, Concurso Departamento de Caldas-Instituto Caldense de Cultura (2000). Primer Puesto Categoría de Ensayo Nuevos Juegos Florales, Manizales, (1993 y 1995). Miembro Fundador de la Academia Caldense de Historia, Socio Fundador del Museo de Arte de Caldas, Miembro de la Junta Directiva de la Orquesta de Cámara de Caldas. Orden del Duende Ecológico (2008).
* OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ ha publicado las siguientes obras: Geografía dialectal (1984), Funerales de Don Quijote (1987 y 2002), Camino Real de Occidente ( (1988), La Explotación del Volcán (1991), Cartas a Celina (1995), De Supersticiones y otras yerbas (1996), El Paladar de los caldenses (2000 y 2006), Nueve Noches en un amanecer (2001), Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003), El Español en la alborada del siglo XXI (2002), Los caminos de la sangre (2011), Apía, tierra de la tarde (2011). Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006).
* “El humanista Octavio Hernández Jiménez contribuye a la afirmación de la cultura popular en Caldas. Él, con ese orgullo caldense que siempre expresa en sus escritos, se ha empeñado en divulgar el folclor regional, pensando siempre en afirmar la identidad y autenticidad de la cultura caldense en el marco y relaciones con la cultura popular colombiana. El humanista caldense tiene una fuerza cultural muy significativa en el conocimiento y cultivo del folclor y en los aspectos diversos de la cultura popular que reflejan la esencia del alma colombiana. Octavio Hernández en su obra transmite la idea de que es necesario fortalecer en los caldenses la conciencia regional y nacional como pueblo de grandes valores y atributos” (Javier Ocampo López, miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Academia Colombia de Historia, en el texto “Octavio Hernández Jiménez, el humanista de la caldensidad”, 2001).
Título: Orden del Duende Ecológico.
“República de Colombia/ Alcaldía Municipal San José Caldas/ Nit. 810001998-8/ II Fiestas de Mitos y Leyendas. Resolución Nro 093-08 Octubre 09 de 2008. Por medio de la cual se otorga la Orden del Duende Ecológico. El Alcalde Municipal de San José Caldas, en ejercicio de sus facultades Constitucionales y, CONSIDERANDO: Que mediante el Acuerdo Municipal número 216 de 2008, se creó la Orden Del Duende Ecológico, máxima condecoración que el Alcalde Municipal concede a sus ciudadanos más destacados. Que es deber de esta Administración exaltar las cualidades y virtudes de una Persona Ilustre del Municipio que con su actuar ha dejado en alto el nombre del Municipio. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez es reconocido como un señor íntegro en medio de sus labores misionales, amante de la tradición y cultura propias de nuestra región, las cuales da a conocer como embajador de nuestro municipio a nivel regional y nacional. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado como un insigne señor, cívico por excelencia, colaborador incansable; se ha hecho presente en el desarrollo de importantes programas que han impulsado el progreso de nuestro Municipio, difundiendo ejemplo para presentes y futuras generaciones. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado en el estudio de la influencia de los mitos y leyendas y su divulgación dentro del Municipio de San José Caldas. Que según estudios realizados por el Doctor Octavio Hernández Jiménez, dentro de la historia del municipio se creó la figura del Duende Ecológico para preservar las aguas, nombre que hoy recibe la presente Orden. En mérito de lo expuesto, RESUELVE: Artículo Primero: Otorgar la Orden Duende Ecológico al Doctor Octavio Hernández Jiménez. Artículo Segundo: Exaltar las cualidades de tan ilustre personaje, quien con su excelente desempeño ha dejado un gran legado en el arte de escribir y en la conservación del patrimonio cultural. Artículo Tercero: Hacerle entrega de una placa al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en acto público a realizarse el día 09 de octubre de 2008. Artículo Cuarto: Copa de la presente resolución será entregada en nota de estilo al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en dicho acto. Comuníquese y cúmplase. Expedida en San José Caldas, a los nueve (09) días del mes de octubre del año dos mil ocho (2008). Daniel Ancízar Henao Castaño, Alcalde Municipal”.
octaviohernandezj@espaciosvecinos.com
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