DEVOCIONARIO POPULAR

 

Octavio Hernández Jiménez

 

 ÁNGELUS:

 

El ángel del Señor anunció a María.

 

-                     Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. (Dios te salve, María…)

 

-                     He aquí la esclava del Señor.

 

-                     Y hágase en mí según tu Palabra. (Dios te salve, María…)

 

-                     El Verbo se hizo carne.

 

-                     Y habitó entre nosotros. (Dios te salve, María…)

 

 

DIOS TE SALVE:

 

Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve, a ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra. Vuelve a nosotros  tus ojos misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.  Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

BENDITA SEA TU PUREZA:

 

Bendita sea tu pureza/ y eternamente lo sea/ pues todo un Dios se recrea/ en tan graciosa belleza./ A ti, celestial princesa,/ Virgen sagrada, María,/ yo te ofrezco en este día,/ alma, vida y corazón,/ mírame con compasión,/ no me dejes, madre mía./ Mi corazón a tus plantas, junto con el alma mía. Amén.

 

A LA VIRGEN:

 

Oh, Señora mía, Oh, Madre mía, yo me entrego todo a Vos, y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, oh, Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén.

 

AMADO Y BUEN JESÚS:

 

Heme aquí,  oh mi amado y buen Jesús, que postrado ante vuestra santísima presencia os ruego con el mayor fervor imprimáis en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad, verdadero dolor de mis pecados y propósito de la enmienda ya que voy considerando vuestras cinco llagas comenzando por aquellas que de Vos dijo el santo profeta David: “Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos”.

 

JACULATORIAS:

 

·        Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

·        Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

·        Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.

·        Sea para siempre bendito y alabado.

-                     Oh María sin pecado concebida.

-                     Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

-                     Requiem eternam dona eis, Domine.

-                     Perpetua luceat eis.

-                     Requiescat in pace.

-                     Amén.

-                     Sagrado Corazón de Jesús.

-                     En Vos confío.

-                     Dulce corazón de María.

-                     Sed la salvación mía.

 

COMUNIÓN ESPIRITUAL:

 

Oh, Jesús mío: Creo que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Os amo sobre todas las cosas y deseo recibiros dentro de mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, venid, a lo menos espiritualmente, a mi corazón. Como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno todo a Vos. Ah, Señor, no permitas que jamás me aparte de ti.

 

AL CORAZÓN DE JESÚS:

 

Sacratísimo Corazón de Jesús, tuyos somos y siempre queremos ser tuyos.

 

Humildemente postrados ante su sagrada imagen, te consagramos nuestra persona, nuestra casa, nuestra familia, con todo lo que somos y todo lo que tenemos.

 

Reina en nuestra casa como casa que te pertenece y no permitas que sea arrebatado lo que con todo el corazón te hemos consagrado.

 

Derrama amorosamente, sobre esta casa y familia, las bendiciones que habéis prometido a los que veneran tu sagrada imagen.

 

Enriquécenos con la paz que gozan las familias que son de tu Corazón y que nunca, Jesús mío, te sean cerradas las puertas de esta casa que te hemos consagrado.

 

Compadécete, Divino Corazón, de los ingratos que se alejaron de ti.

Ilumina aquellos que todavía no conocen la riqueza de tu amor y la suavidad de tu gracia.

 

Santifica, Dulce Redentor, nuestra casa y familia para que podamos darte, acá en la tierra, alabanza, honor y gloria, y después gozarte en el cielo, por toda la eternidad.

Amén.

 

ALMA DE CRISTO:

 

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Agua del costado de Cristo, embriágame.

Pasión de Cristo, confórtame.

Oh mi buen Jesús, óyeme.

Entre tus llagas, escóndeme

Y mándame ir a ti

Para que con tus santos te alabe

Y te bendiga por los siglos de los siglos. Amén.

 

Los creyentes entonan esta oración después de recibir la hostia consagrada. Por su ritmo poético se ha facilitado para parodias  como la que hizo Guillermo Valencia,  poeta modernista, político payanés y varias veces candidato a la presidencia de la república, para exaltar la figura de su paisano y Mártir de la patria, Camilo Torres Tenorio: “Alma de Torres, alúmbranos. Martirio de Torres, confórtanos. Virtud de Torres, inspíranos. Verbo de Torres, muévenos. Gloria de Torres, aléntanos. Sangre de Torres, sálvanos”. (Este texto aparece citado en una carta que dirigió a sus hermanas, en San José de Caldas,  Monseñor O. Hernández Londoño cuando, siendo adolescente, en 1928, estudiaba bachillerato, en Popayán).

 

ANTE EL SEPULCRO:

 

Jesús, Jesús, Señor, Dios, que dejaste señal de tu pasión en la sábana santa en la cual fue envuelto tu cuerpo santísimo cuando fuiste bajado de la cruz por José de Arimatea, concédenos, Piadosísimo Señor que, por tu muerte y sepultura, seamos y sean llevadas las benditas almas a la resurrección donde vives y reinas con Dios Padre y Dios Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén. 

 

ÁNGEL DE MI GUARDA:

 

Ángel de mi guarda, mi dulce compañía,/ no me desampares, ni de noche ni de día,/ hasta que me pongas en paz y alegría/ con todos los santos, con Jesús, José y María.// Jesús sea conmigo y yo con él/ mi Dios adelante y yo tras Él.// Si me desamparas qué será de mí,/ Ángel de la guarda, ruega a Dios por mí.

 

JESÚS AMIGO DE BETANIA:

 

(En los recordatorios que invitaban a la conmemoración del primer aniversario de la muerte de un ser querido, impresos como folletos pequeños en cuya portada iba una lámina doliente, casi siempre imprimían esta oración).

 

En el seno de mi hogar hay, buen Jesús, penas muy hondas y secretas. Si Tú reinaras entre los míos con toda la intensidad del amor que Tú mereces, no habría en mi casa tantos y tan amargos pesares.

 

¡Ven, ven, oh, amigo de Betania!, pues en mi familia hay alguien que está enfermo y Tú le amas.

 

Cuando Tú estás, hasta las mismas penas son suaves y a tu lado las espinas son bálsamo de paz.

 

Ven, pues, y no tardes. Apresúrate porque mi hogar está herido con la ausencia de seres queridos que faltan en él. Padre, madre y hermanos, todos crecimos juntos, al pie de la Cruz pero, por voluntad del Cielo, nos hemos ido separando del nido santo del hogar.

 

Ten piedad de esos amados ausentes que trabajan y luchan lejos de la familia y tal vez también lejos de tu altar. Ven pronto a nuestro lado, Oh Jesús.  (Se pide).

 

Maestro, Hermano, Amigo del alma, Jesús amado, ten misericordia también de los míos que murieron, de aquellos que volaron a la eternidad en seguimiento tuyo. Duerman en paz por que te amaron y porque Tú eres infinito en caridad. Mas, al irse, nos dejaron sombras en el camino… Ah, pero bien sé yo que en tu corazón amabilísimo no puede haber separaciones. En donde está la vida desaparece la horrible sombra de la  muerte… 

 

NOVENA DE DIFUNTOS:

 

LAMENTO DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO:

 

·        Oíd, mortales piadosos/ y ayúdanos a descansar.

·        Que Dios las saque de penas y las lleve a descansar.

 

Oh, vosotros, caminantes,/ suspended, oíd, parad,/

Bastará sólo al oírnos,/ a mover vuestra piedad,/

Hoy pide vuestra aflicción/ que queráis cooperar.

-                     Que Dios las saque de penas y las lleve a descansar.

 

No hay dolor, tormento y pena, / martirio, cruz, ni aflicción,/

Que aún llegue a ser pintura/ de nuestra menor pasión;/

Sólo alivio a nuestros males/ de vuestro amor esperar.

-                     Que Dios las saque de penas…

 

Aquí estoy en purgatorio/ de fuego en cama tendido/

Siendo mi mayor tormento/ la ausencia de un Dios querido,/

Padezco sin merecer/ por mí no basta alcanzar.

-                     Que Dios las saque de penas…

Padres, hermanos, amigos,/ ¿dónde está la caridad?/

Favorecéis a un extraño / y para mí no hay piedad./

Ea, venga una limosna/ sea siquiera el rogar.

-                     Que Dios las saque de penas…

 

Hijo ingrato que paseas/ tan ricamente vestido/

A costa de mis sudores/ descansas de tanto olvido,/

Mira a tu padre quemado/ y no lo puedes remediar.

-                     Que Dios las saque de penas…

 

GOZOS DE LA NOVENA DE LA VIRGEN DEL CARMEN:

 

(Cuando, en la noche, empezaba el sacerdote a rezarlos, todos los muchachos salían corriendo del templo para no perderse nada de los juegos pirotécnicos).

-                     Virgen, reina del Carmelo/ Alegría del mortal:

-                     Vuestro santo escapulario nos libre de todo de todo mal.

 

A vuestros hijos culpados/ Dios airado juzgará;/

Dignaos, Virgen clemente,/ sus rigores aplacar.

-                     Vuestro santo escapulario nos libre de todo mal.

 

¡Ay! Ved que el combate arrecia/ con vuestro manto amparad./

Y es consigna de Satán/ cautivar las tristes almas/ en el abismo infernal.

·        Vuestro santo escapulario nos libre de todo mal.

 

Doncella sagrada y pía/ volcán de amor celestial/

En tus divinos incendios/ nuestro espíritu inflamad.

-                     Vuestro santo escapulario…

 

Para el ansioso marino/ envuelto en la tempestad,/

Sed Vos lucero esplendente/ y puerto de eterna paz.

-                     Vuestro santo escapulario…

 

En el trance postrimero/ Oh, Madre, hacednos piedad/

Venid en nuestra agonía,/ venidnos a consolar./

El purgatorio y sus llamas/ inexorables serán;/

Mas con vuestro escapulario/ volvemos a descansar.

-                     Vuestro santo escapulario nos libre de todo mal.

 

NOVENA DE AGUINALDOS:

 

GOZOS:

·        Dulce Jesús mío,/ mi niño adorado.

·        Ven a nuestras almas/ ven no tardes tanto.

 

Oh Sapiencia suma/ del Dios Soberano/

Que a infantil alcance/ te rebajas sacro,/

Oh divino niño, / ven para enseñarnos/

La prudencia que hace/ verdaderos sabios.

-                     Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

 

Oh Adonai potente/ que a Moisés hablando/

De Israel al pueblo/ disteis los mandatos./

Ah, ven prontamente/ para rescatarnos/

Y que un niño débil/ muestre fuerte brazo.

·        Ven a nuestras almas…

 

Oh raíz sagrada/ de Jesé que en lo alto/

Presentas al orbe/ tu fragante nardo/

Dulcísimo Niño/ que has sido llamado/

Lirio de los valles/ bella flor del campo.

·        Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

 

Ven, que ya María/ previene sus brazos/

Do su niño vea/ en tiempo cercano/

Ven, que ya José/ con anhelo sacro,/

Se dispone a hacerse/ de tu amor sagrario.

·        Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

 

ORACIÓN AL ARCÁNGEL SAN MIGUEL:

 

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la pelea. Sé nuestro amparo contra la maldad y las acechanzas del demonio. Reprime, oh Dios, a Satanás, como humildemente te suplicamos. Y, tú, Príncipe de las milicias celestiales, armado del poder divino, precipita al infierno a Satanás y demás espíritus malignos que para la perdición de las almas andan por el mundo. Amén. (Oración compuesta por el Papa León XIII).

 

En procesiones callejeras y salves en honor de la Virgen, era común que los fieles entonaran, a todo pecho, el Himno Mariano:

 

(Coro) Reina de Colombia/ por siempre serás,/ es prenda tu nombre/ de júbilo y paz.// 1. Desde tu santuario/ a nosotros ven,/ pues eres la egregia/ Virgen del Rosario,/ con corona regia/ ceñirás tu sien.// 2. La nación entera/ con culto filial/ tus glorias pregona,/ tu imagen venera,/ y en tu honor entona/ un himno triunfal.// 3. A tu paso extienda/ su invicto pendón/ la patria querida/ que hoy te da en ofrenda/ la noble acogida/ de su corazón. 4. Consuelo del justo,/ luz del pecador,/ nuestras penas calmas, y en tu trono augusto/ de piadosas almas/ oyes el clamor”.  

 

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