COLAPSO DE LAS ABEJAS
Octavio Hernández Jiménez
Fue en mayo, alrededor de la fecha en que se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biológica. Con ese motivo, el 20 de mayo de 2019, por las calles de Manizales avanzó el entierro simbólico de las abejas. Los apicultores, ambientalistas, acompañados de la Defensa Civil y del Cuerpo de Bomberos, denunciaban el uso indiscriminado de plaguicidas en el cultivo del café, el aguacate, los cítricos, la guayaba, el cacao, la papa y otros productos vegetales que vienen diezmando, sin pausa, las abejas tanto en el territorio del Eje Cafetero como en muchos otros sitios del planeta.
La crisis se venía gestando de tiempo atrás tanto que en el siglo XIX ya hubo protestas contra los venenos con que empezaban a fumigar los cultivos, en Europa. El mismo día del entierro simbólico, hubo 178 marchas en todo el mundo contra los plaguicidas. En Francia, se presentaron varias manifestaciones promovidas por jóvenes agresivos que protestaban directamente contra Bayer, Monsanto y su producto más popular el glifosato.
Polinizadores son las abejas, las mariposas, los colibríes, los loros, las ardillas, los murciélagos, algunos monos y cusumbos; para resumir, en Colombia se tiene un censo de 251 especies de polinizadores: 223 de insectos, 24 de aves y 4 de murciélagos. El ataque a los polinizadores se complica pues muchas de esas especies animales son objeto de comercio ilícito para satisfacer los caprichos de los compradores.
Las abejas han despertado la admiración de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Ya aparecen en los murales de la prehistoria. Según las pinturas y relieves en muros de palacios y sepulcros, los egipcios emparentaban a los faraones y sus familias con las abejas. Griegos y romanos como Teócrito, Horacio y Virgilio se detuvieron en ellas para sus odas y sus églogas. El belga Maurice Maeterlink escribió “La vida de las abejas” con inspiración poética. Los lingüistas Emile Benveniste y Bertil Malmberg compararon el lenguaje humano con el de las abejas cuando perseguían “Los nuevos caminos de la lingüística” y encontraron analogías, similitudes y diferencias, en el campo biológico, antropológico, comportamental y simbólico. Más que de otras especies se puede hablar con propiedad de una historia de las abejas. Sin ser animales domésticos han estado ligadas a la historia de la humanidad.
Después de que las flores son fecundadas por polinizadores como las abejas o los colibríes, las plantas empiezan a conformar los apetitosos frutos que han hecho parte de la alimentación de la humanidad.
Se calcula que una tercera parte de los cultivos, en Colombia, son polinizados por las abejas. En este país hay 20 variedades amenazadas de muerte no solo por los pesticidas sino por la implacable desforestación de selvas y montes, el cambio climático y el agotamiento de las fuentes de agua dulce. Se puede hablar sin exageración del colapso de las abejas.
A finales del siglo XX, en Colombia, estaban a cargo de la industria de las abejas unos 3.500 trabajadores directos y unos 10.000 indirectos que se han ido mermando. Entre 2014 y el 2017 desapareció, por el uso exagerado de agrotóxicos, el 34% de las colmenas registradas. Según un representante de Agromiel presente en el entierro simbólico de las abejas, de las 46 mil 186 colmenas registradas en el país, en 2015, habían muerto en este proceso de extinción unas 15 mil 677. Y no se ha detenido la masacre.
En muchas fincas cafeteras los propietarios alternaban el cultivo del café con un conjunto de colmenas cuyas abejas, fuera de producir miel, polen y cera, colaboraban con la fecundación de las chapolas blancas de los cafetales. Por San José Caldas era famosa la industria apícola que tuvo el señor Rafael Hernández y su esposa Idalba Jiménez. Tuvieron 300 colmenas productivas. de las que no quedan sino 8. Vendió 7 toneladas para Alemania. Vendía canecas de 50 kilos. Tuvo colmenas regadas por otras fincas. Ahora, no quedan sino 8. La mortandad de las que llamara Enrique Álvarez Henao “miniaturas del bosque soberano,/ y consentidas del vergel y el viento”, ha sido terrible. Los hedores al morir por montones es como si se tratara de especies mayores de seres vivos. La fetidez no la aguantaba nadie.
Lina Marcela León, directora técnica del laboratorio de plaguicidas y salud de la Universidad del Quindío comentó que, en esta crisis, la mayor mortandad de abejas se viene presentando en los períodos de floración de los cultivos de café, aguacate, cítricos, guayaba, papaya, guanábana, cacao. Se trata de cultivos que dependen de algún polinizador para su producción,. “Queremos proteger a las abejas, las mariposas, los pájaros, los murciélagos y demás especies en riesgo. Pedimos una reglamentación clara sobre las aplicaciones de plaguicidas y la prohibición de otros”.
Artistas como fotógrafos y bailarines de ballet apoyan la campaña en beneficio de las abejas vivas. El Laboratorio de Ballet Ati-Erra se unió a la campaña con la danza La Colmena dirigida por Edna Orozco y estrenada en el Teatro Mayor de Bogotá, el 29 de mayo de 2019. Uno de los atractivos de ese espectáculo fueron las abejas robóticas representadas por una docena de drones. (Drone en inglés significa abejorro). Al mismo tiempo, el colectivo Abejas Vivas busca con ahinco multiplicar las colmenas en el país con esta consigna: Cuidar las abejas es salvar el planeta.
Por estas mismas calendas, el Ministerio de Ambiente y el Instituto Humboldt presentaron las primeras iniciativas colombianas sobre polinizadores. Legislar y trabajar por los polinizadores como las abejas y otros insectos es garantizar la nutrición de los colombianos.
Librar esta noble batalla no es solo dejar que las abejas visiten los jardines y revoloteen cerca del pocillo de café humeante sino estar alerta y activos para que se conserven vigorosos los ecosistemas en donde viven las especies de polinizadores. Se requiere mayor conciencia ecológica en la población y una más sustentada política pública al respecto haciendo lo posible para que lo escrito no se quede en el papel.
El entierro simbólico de la abeja concluyó en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Caldas en donde presentaron una acción popular para que sacaran del mercado regional algunos insecticidas como el Fipronil, tenido como uno de los plaguicidas más mortíferos que había en los almacenes del agro. Colombia carece de una política sólida al respecto.
Frente al Palacio de Justicia de Manizales, unos caldenses entraban con la demanda en la mano y otros cuatro con el ataúd blanco alusivo al entierro de esos insectos útiles y amables. En ese momento, yo murmuré, del salamineño Daniel Echeverri, la “Elegía a la muerte de una Abeja”, uno de los poemas más exquisitos de la poesía caldense:
Se le ha muerto a la escala musical un sonido,
Un galán a la rosa, una gota al panal,
Al telar de la brisa se le ha perdido un hilo,
Su rubia lanzadera de miel no vuelve más,
Cuando la abeja reina esté llamando a lista
Habrá un breve silencio en su cortejo real,
Pero los fieles cirios, memorando sus alas,
Tibias gotas de cera por ella llorarán.
OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
(San José de Caldas, 1944), bachiller del Colegio Santo Tomás de Aquino de Apía (1962) y luego profesor del mismo centro educativo. Profesor de la Universidad de Cundinamarca (1974-1975). Profesor Titular y Profesor Distinguido de la Universidad de Caldas, en Manizales (1976-2001). Primer decano de la Facultad de Artes y Humanidades (1996-1999) y Vicerrector Académico (E.) de la misma Universidad (1996). Premio a la Investigación Científica, Universidad de Caldas, (1997). Primer Puesto en Investigación Universitaria, Concurso Departamento de Caldas-Instituto Caldense de Cultura (2000). Primer Puesto Categoría de Ensayo Nuevos Juegos Florales, Manizales, (1993 y 1995). Miembro Fundador de la Academia Caldense de Historia, Socio Fundador del Museo de Arte de Caldas, Miembro de la Junta Directiva de la Orquesta de Cámara de Caldas. Orden del Duende Ecológico (2008).
* OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ ha publicado las siguientes obras: Geografía dialectal (1984), Funerales de Don Quijote (1987 y 2002), Camino Real de Occidente ( (1988), La Explotación del Volcán (1991), Cartas a Celina (1995), De Supersticiones y otras yerbas (1996), El Paladar de los caldenses (2000 y 2006), Nueve Noches en un amanecer (2001), Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003), El Español en la alborada del siglo XXI (2002), Los caminos de la sangre (2011), Apía, tierra de la tarde (2011). Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006).
* “El humanista Octavio Hernández Jiménez contribuye a la afirmación de la cultura popular en Caldas. Él, con ese orgullo caldense que siempre expresa en sus escritos, se ha empeñado en divulgar el folclor regional, pensando siempre en afirmar la identidad y autenticidad de la cultura caldense en el marco y relaciones con la cultura popular colombiana. El humanista caldense tiene una fuerza cultural muy significativa en el conocimiento y cultivo del folclor y en los aspectos diversos de la cultura popular que reflejan la esencia del alma colombiana. Octavio Hernández en su obra transmite la idea de que es necesario fortalecer en los caldenses la conciencia regional y nacional como pueblo de grandes valores y atributos” (Javier Ocampo López, miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Academia Colombia de Historia, en el texto “Octavio Hernández Jiménez, el humanista de la caldensidad”, 2001).
Título: Orden del Duende Ecológico.
“República de Colombia/ Alcaldía Municipal San José Caldas/ Nit. 810001998-8/ II Fiestas de Mitos y Leyendas. Resolución Nro 093-08 Octubre 09 de 2008. Por medio de la cual se otorga la Orden del Duende Ecológico. El Alcalde Municipal de San José Caldas, en ejercicio de sus facultades Constitucionales y, CONSIDERANDO: Que mediante el Acuerdo Municipal número 216 de 2008, se creó la Orden Del Duende Ecológico, máxima condecoración que el Alcalde Municipal concede a sus ciudadanos más destacados. Que es deber de esta Administración exaltar las cualidades y virtudes de una Persona Ilustre del Municipio que con su actuar ha dejado en alto el nombre del Municipio. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez es reconocido como un señor íntegro en medio de sus labores misionales, amante de la tradición y cultura propias de nuestra región, las cuales da a conocer como embajador de nuestro municipio a nivel regional y nacional. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado como un insigne señor, cívico por excelencia, colaborador incansable; se ha hecho presente en el desarrollo de importantes programas que han impulsado el progreso de nuestro Municipio, difundiendo ejemplo para presentes y futuras generaciones. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado en el estudio de la influencia de los mitos y leyendas y su divulgación dentro del Municipio de San José Caldas. Que según estudios realizados por el Doctor Octavio Hernández Jiménez, dentro de la historia del municipio se creó la figura del Duende Ecológico para preservar las aguas, nombre que hoy recibe la presente Orden. En mérito de lo expuesto, RESUELVE: Artículo Primero: Otorgar la Orden Duende Ecológico al Doctor Octavio Hernández Jiménez. Artículo Segundo: Exaltar las cualidades de tan ilustre personaje, quien con su excelente desempeño ha dejado un gran legado en el arte de escribir y en la conservación del patrimonio cultural. Artículo Tercero: Hacerle entrega de una placa al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en acto público a realizarse el día 09 de octubre de 2008. Artículo Cuarto: Copa de la presente resolución será entregada en nota de estilo al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en dicho acto. Comuníquese y cúmplase. Expedida en San José Caldas, a los nueve (09) días del mes de octubre del año dos mil ocho (2008). Daniel Ancízar Henao Castaño, Alcalde Municipal”.
octaviohernandezj@espaciosvecinos.com
Compartir
Sitios de Interés