ANTECEDENTES DE AEROCAFÉ
Octavio Hernández Jiménez
Se ha sostenido que la aviación en Colombia apareció cuando los accionistas firmaron la constitución de la Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo (SCADTA), el 5 de diciembre de 1919, en Barranquilla. Sin embargo, meses antes, la prensa nacional divulgó que un grupo de caldenses estaba interesado en conformar una empresa de aviación. Los caldenses acordaron enviar un representante a los Estados Unidos a informarse sobre los sistemas de aviación (El Espectador 22 de agosto de 1919). De acuerdo con la escritura pública N°1221, del 9 de septiembre de 1919, de la Notaría Primera de Manizales, “se demuestra la creación legal de la primera empresa de aviación comercial en Colombia, unos días antes de ser conformada en Medellín la Compañía Colombiana de Navegación Aérea (CCNA) y de fundarse la Sociedad Colombo Alemana de Transportes Aéreos, en Barranquilla, el 5 de diciembre de 1919. En El Espectador del 10 de septiembre de 1919, los antioqueños expresan su resentimiento al ver que los caldenses les habían salido adelante “Los manizaleños quieren para sí las palmas y, como en realidad se las merecen, se las batimos con gusto. Es digno de aplauso el hecho de comprometer sumas apreciables en una empresa de casi segura pérdida material. Tan solo diecisiete días después, en Medellín, la notocia de la creación de una compañía de aviación en Manizales acaparó toda la atención y es que la constitución de la primera hizo reaccionar a un grupo de antioqueños que conformaron su propia empresa además de negociar con los caldenses con el fin de acaparar el mercado del sector” (Jorge Rubiano Carreño, 12 de octubre de 2019).
El capital de la empresa antioqueña era 25 veces más grande que el de la empresa caldense por lo que los manizaleños renunciaron a su objetivo a cambio de una participación en las acciones de sus contendores. El hambre de los antioqueños por apropiarse de las empresas caldenses continuaría como sucedió, a finales del siglo XX, con la compra a menos precio de la Central Hidroeléctrica de Caldas (CHEC) y los intentos por quedarse con la Industria Licorera de Caldas.
En 1921, por primera vez, descendieron (no digamos que aterrizaron), dos aeroplanos en potreros de La Enea. El primero, que se estrelló sin consecuencias funestas, estaba piloteado por el francés René Guichard y el segundo, el “Antioquia”, guiado por Ferdinand Machaux y Francisco González.En noviembre de 1934, se abrió otra puerta, aunque lejana; en Cartago. En ese entonces, se inauguraron los vuelos, en un avión trimotor de la empresa Scadta, entre Bogotá, Medellín y Cali, con una demorita en Cartago cuando había pasajeros de Manizales, Pereira o Armenia para Bogotá o de la capital del país para alguna de esas ciudades. Abordaban el avión en Bogotá y, como ninguno tenía la fuerza necesaria para remontar La Línea, tenían que ir a Medellín, allí se aprovisionaban de gasolina y de esta ciudad continuaban para Cali. Igual de regreso. Los aviones de Scadta podían acuatizar, en el río Cauca (¡!); el resto del viaje hasta su casa, los pasajeros lo hacían por carretera.
En el primer vuelo Bogotá-Medellín-Cartago-Cali viajaron los periodistas Jaime Barrera Parra, de El Tiempo, Alberto Galindo de El Espectador, Alejandro Galvis de El Diario Nacional, Londoño Martínez de El País y Pérez Sarmiento de la United Press. En el viaje inaugural el trimotor hizo escala en Cartago para recoger al director de La Patria, de Manizales. Este periódico era el vocero político del conservatismo ante el país. Por esa época, a las seis de la mañana, cada día, transcribían, de Manizales al Palacio Presidencial, el editorial de La Patria.
En sentido amplio se puede decir que el primer aeropuerto de Manizales fue, entonces, el de Cartago. “El próximo 27 de julio, llegará al aeródromo de Cartago, el doctor Augusto Ramírez Moreno, quien viene a Manizales a solemnizar, el número 4.000 de La Patria. Esperamos que los comités conservadores de Cartago, Pereira, Santa Rosa, Chinchiná y Manizales estarán presentes en la recepción del prestigioso conductor de las derechas” (La Patria, 21 de julio de 1935).
En los meses de junio y julio de 1935, el periódico La Patria publicó los puntos de vista de ingenieros y de una ciudadanía delirante sobre el lugar en donde Manizales debería construir un aeropuerto en propiedad. Entre esos sitios, se contempló ubicarlo en la vega del Hospital Geriátrico, en la salida para La Linda. (¿?) Los de esa propuesta, ahora catalogada como estrambótica, expusieron que aplanando el terreno, tendrían la extensión requerida para el aterrizaje de las naves de la época, la dirección perfecta para la llegada y salida a Cali y Medellín y, con sorpresa, hablaron de las horas de sol y de no neblina que cubría ese nido de águilas. Este punto de vista lo omitieron, treinta años luego, no se sabe si en forma deliberada, cuando los dómines de la ciudad escogieron el paraje de La Nubia como terreno para el aeropuerto.
Con la firma de A.V.J., en uno de los números de La Patria, apareció un artículo en el que se atacó la posible construcción del campo de aterrizaje para Manizales en La Linda, bello sitio a diez minutos de la ciudad. “Ignoramos los conocimientos técnicos que tenga el articulista para impugnar este proyecto pero, en todo caso, conceptuamos que sus ataques son aventurados y precipitados porque hay una comisión especial nombrada por el gobierno para estudiar este asunto. El Concejo ha declarado que acepta la determinación de la comisión y que proporcionará el terreno donde la misma comisión lo determine” (La Patria, 10 de junio de 1935).
Para finales de agosto de 1935 habían progresado en el asunto. El Club Rotario de Manizales envió a la Dirección General de Aviación Civil del Ministerio de Guerra el siguiente telegrama: “Manizales, agosto 24 de 1935. Ministro de Guerra, Bogotá. Agradeceríamos su señoría sirviérase informarnos si comisión técnica acordó sitio para aeródromo Manizales. Ciudad confía no dilatarse por más tiempo construcción campo y acogerá con entusiasmo dictamen técnico sea donde fuere, pues su mayor aspiración consiste en vincularse otras ciudades por medio comunicación aérea, mayormente cuando en actualidad es casi única ciudad importante que permanece aislada rutas aviación. Servidores, Club Rotario, Rafael Calle, Presidente” (La Patria, 2 de septiembre de 2015). Casi una profecía, con 80 años de anticipación.
Quince años después de ese 1935, en la década de los cincuenta, los viajeros en avión que llegaban o salían de Manizales tenían que transitar por la carretera vieja Manizales-Arauca, por La Linda y La Cabaña, pues el aeropuerto, muy bien ubicado, quedaba en La Rochela. Un aeropuerto con hotel ultramoderno al servicio de la clientela. El 12 de junio de 1963, ante la solicitud del alcalde Fernando Londoño-Londoño y el Personero Alberto Gómez, el Gobierno Nacional escrituró el terreno de La Rochela al Municipio de Manizales. De ahí en adelante, sobre ese terreno pusieron su mirada los intereses privados. Los negocios se plantearían, compondrían y descompondrían, en Manizales.
Parte de la carretera entre la capital de Caldas y el aeropuerto, en La Rochela, era una pesadilla y, en vez de arreglarla, mentes sagaces que vieron el futuro de esas tierras para parcelarlas, propusieron trastear el aeropuerto a un lugar estrecho y nublado, ubicado en la vega de La Enea, al oriente de Manizales. Los manizaleños de la base permanecieron mudos pues ninguno de ellos tenía opciones reales para acceder a la tierra apetecida ni a los flamantes aviones.
El trasteo de La Rochela a La Nubia ocurrió en 1967. Manizales no fue el único municipio que vio malogrado su aeropuerto. En Caldas, también lo perdieron: Supía, Salamina y Pensilvania.
Al comenzar el siglo XXI, quienes ingresaban, a Manizales, por el aire aterrizaban en La Nubia, aeropuerto colindante con el barrio La Enea y el Parque Cementerio Jardines de la Esperanza. La pista, de 1.482 metros. La ciudad, con 390.000 habitantes. En 2006 llegaron y salieron, desde y hacia Bogotá, en los aviones en los que aterrizaron, allí, 167.527 pasajeros en los seis años que había corrido del nuevo siglo. En octubre de 2007 aterrizaban, en La Nubia, tres aerolíneas: Avianca, Aires y Easyfly, estas dos últimas, con aviones para 37 viajeros. Busetas del aire. En 2019, Easyfly anunció vuelos directos Manizales-Cartagena-Manizales, a partir del segundo semestre de 2019.
En el segundo semestre de 2012, se hicieron pruebas con aviones Q400, de origen canadiense con los que se buscaba remplazar los Fokker 50 que eran los que funcionaban en el aeropuerto La Nubia. Los aviones de la empresa Bombardier necesitaron 1.000 metros para aterrizar y decolaron en 800 metros. Tenían capacidad para 78 pasajeros mientras que los Fokker de Avianca transportaban 42. Los Q400 se demoraban 25 minutos a Bogotá mientras que los Fokker lo hacían en 35. En esa ocasión, el gerente opinó que con los Q400 se recuperaría el 30 por ciento de viajeros que en ese momento viajaban por Pereira (La Patria, 24 de octubre de 2012).
Ese campo aéreo contaba con varios problemas agudos e insolubles: la inmediatez con un barrio tan poblado que creció en desacuerdo con el campo de aterrizaje; la construcción de casas de tres pisos al borde de la pista; la imposibilidad física de ampliación de la pista de carreteo; la cantidad exagerada, en relación con otros aeropuertos, de mañanas de invierno perdidas con espesa nubosidad y estrechez entre montañas, para la llegada y el despegue de aviones de mayor tamaño y capacidad. En los años 2014 y 2015 se agudizó el problema del volcán El Ruiz que con insistencia expulsaba una ceniza que se mantenía enredada en la atmósfera por lo que la Aeronáutica Civil tuvo que cancelar vuelo tras vuelo.
En la última semana de mayo de 2015, el aeropuerto La Nubia llevaba seis días seguidos sin que entrara o saliera un solo avión, debido a la caída de cenizas del volcán El Ruiz. El jueves 21 de mayo, hubo 3 vuelos cancelados con 101 pasajeros perjudicados; el viernes 22 de mayo, hubo 9 vuelos cancelados con 400 pasajeros sin saber qué hacer; el sábado 23 de mayo hubo 8 vuelos cancelados con 279 personas varadas; el domingo 24 hubo 8 vuelos con 180 personas detenidas en La Nubia y el lunes 25, cancelaron 9 vuelos con 202 pasajeros perjudicados. ¿Se requerían más evidencias para buscar otra opción?
OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
(San José de Caldas, 1944), bachiller del Colegio Santo Tomás de Aquino de Apía (1962) y luego profesor del mismo centro educativo. Profesor de la Universidad de Cundinamarca (1974-1975). Profesor Titular y Profesor Distinguido de la Universidad de Caldas, en Manizales (1976-2001). Primer decano de la Facultad de Artes y Humanidades (1996-1999) y Vicerrector Académico (E.) de la misma Universidad (1996). Premio a la Investigación Científica, Universidad de Caldas, (1997). Primer Puesto en Investigación Universitaria, Concurso Departamento de Caldas-Instituto Caldense de Cultura (2000). Primer Puesto Categoría de Ensayo Nuevos Juegos Florales, Manizales, (1993 y 1995). Miembro Fundador de la Academia Caldense de Historia, Socio Fundador del Museo de Arte de Caldas, Miembro de la Junta Directiva de la Orquesta de Cámara de Caldas. Orden del Duende Ecológico (2008).
* OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ ha publicado las siguientes obras: Geografía dialectal (1984), Funerales de Don Quijote (1987 y 2002), Camino Real de Occidente ( (1988), La Explotación del Volcán (1991), Cartas a Celina (1995), De Supersticiones y otras yerbas (1996), El Paladar de los caldenses (2000 y 2006), Nueve Noches en un amanecer (2001), Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003), El Español en la alborada del siglo XXI (2002), Los caminos de la sangre (2011), Apía, tierra de la tarde (2011). Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006).
* “El humanista Octavio Hernández Jiménez contribuye a la afirmación de la cultura popular en Caldas. Él, con ese orgullo caldense que siempre expresa en sus escritos, se ha empeñado en divulgar el folclor regional, pensando siempre en afirmar la identidad y autenticidad de la cultura caldense en el marco y relaciones con la cultura popular colombiana. El humanista caldense tiene una fuerza cultural muy significativa en el conocimiento y cultivo del folclor y en los aspectos diversos de la cultura popular que reflejan la esencia del alma colombiana. Octavio Hernández en su obra transmite la idea de que es necesario fortalecer en los caldenses la conciencia regional y nacional como pueblo de grandes valores y atributos” (Javier Ocampo López, miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Academia Colombia de Historia, en el texto “Octavio Hernández Jiménez, el humanista de la caldensidad”, 2001).
Título: Orden del Duende Ecológico.
“República de Colombia/ Alcaldía Municipal San José Caldas/ Nit. 810001998-8/ II Fiestas de Mitos y Leyendas. Resolución Nro 093-08 Octubre 09 de 2008. Por medio de la cual se otorga la Orden del Duende Ecológico. El Alcalde Municipal de San José Caldas, en ejercicio de sus facultades Constitucionales y, CONSIDERANDO: Que mediante el Acuerdo Municipal número 216 de 2008, se creó la Orden Del Duende Ecológico, máxima condecoración que el Alcalde Municipal concede a sus ciudadanos más destacados. Que es deber de esta Administración exaltar las cualidades y virtudes de una Persona Ilustre del Municipio que con su actuar ha dejado en alto el nombre del Municipio. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez es reconocido como un señor íntegro en medio de sus labores misionales, amante de la tradición y cultura propias de nuestra región, las cuales da a conocer como embajador de nuestro municipio a nivel regional y nacional. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado como un insigne señor, cívico por excelencia, colaborador incansable; se ha hecho presente en el desarrollo de importantes programas que han impulsado el progreso de nuestro Municipio, difundiendo ejemplo para presentes y futuras generaciones. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado en el estudio de la influencia de los mitos y leyendas y su divulgación dentro del Municipio de San José Caldas. Que según estudios realizados por el Doctor Octavio Hernández Jiménez, dentro de la historia del municipio se creó la figura del Duende Ecológico para preservar las aguas, nombre que hoy recibe la presente Orden. En mérito de lo expuesto, RESUELVE: Artículo Primero: Otorgar la Orden Duende Ecológico al Doctor Octavio Hernández Jiménez. Artículo Segundo: Exaltar las cualidades de tan ilustre personaje, quien con su excelente desempeño ha dejado un gran legado en el arte de escribir y en la conservación del patrimonio cultural. Artículo Tercero: Hacerle entrega de una placa al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en acto público a realizarse el día 09 de octubre de 2008. Artículo Cuarto: Copa de la presente resolución será entregada en nota de estilo al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en dicho acto. Comuníquese y cúmplase. Expedida en San José Caldas, a los nueve (09) días del mes de octubre del año dos mil ocho (2008). Daniel Ancízar Henao Castaño, Alcalde Municipal”.
octaviohernandezj@espaciosvecinos.com
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